22/3/08

Los colores aplicados a la anatomía animal...

Una historia azul

Un buen día, que había empezado como cualquier otro, el azar llevó ante mi puerta a un pequeño, precioso cerdito azul. Naturalmente, lo adopté encantado, pues vivía en una casona enorme en la que a menudo me sentía solo. El cerdito, al que llamé Harry, se acostumbró enseguida a su nuevo hogar. Parecía expresamente hecho para él, porque sentía predilección por las flores del azahar que crecía en el asilvestrado jardín alrededor de la casa, y que mordisqueaba a menudo. También le gustaba dar largos paseos por el monte y saltaba por las rocas como una cabra montesa. La desventaja de este hobby en apariencia sanísimo, era que tenía que llevarlo al pueblo una vez cada dos meses para que le herrasen las patas. Harry disfrutaba mucho con estos pequeños viajes. Echaba un ojo a todos los escaparates y contemplaba a las personas que transitaban por las avenidas. Eso sí, odiaba al herrero, como todos los niños normales odiamos al dentista. Sus sonoros ¡ay!, que soltaba cada vez que le fijaban un clavo, se podían oír hasta tres calles más abajo. Pero todo eso terminó otro buen día, cuando fui a decirle hola como hago siempre por las mañanas y me di cuenta de que mi cerdito había evolucionado, y de tanto trepar y escalar por las rocas le habían crecido astas. Así que prohibí los paseos por el monte. ¡A buenas horas! La cornamenta no paró de crecer hasta que me encontré con un “cierdo”... Sin embargo, erré en esa decisión. Habría sido mejor no evitar la actividad montañera de Harry, pues él empezó entonces a dedicarse únicamente a las flores de azahar. Tanto néctar probó, chupó y absorbió, que su trompa se fue alargando cada vez más. Ahí ya no había cierdo, sino “cierdóptero”... Esta segunda transformación me causó una honda conmoción. Ya no sabía qué hacer y encerré a Harry en su establo para que su estado no empeorase, pero entristeció tanto que su precioso color azul eléctrico se fue oscureciendo hasta volverse negro. Yo oraba para que no sufriese más cambios y no me atrevía ni a mirarlo.

Varios meses después ocurrió algo inesperado y extraño.
Estaba trabajando en el huerto cuando noté una fuerte vibración del suelo. A trompicones llegué a mi casa y me metí dentro. La casa no paraba de temblar y me asomé a la ventana esperando encontrar una explicación. ¡Como me asusté cuando vi que en mi jardín aterrizaba un enorme platillo volante de color plateado y con muchas luces. Con los ojos como platos, que no platillos, observé que la puerta se abría y una ola de seres verde fosforito y extrañamente temblorosos como flanes se precipitaba al exterior. Se dirigieron hacia el establo e hicieron salir a Harry, que sorprendentemente se mostraba muy confiado y les seguía sin titubear. Uno de los seres, que parecía un poco más sólido que los demás, se acercó al pobre Harry portando una maleta blanca con una cruz roja y sacó de ella una especie de mechero. Yo estaba aterrorizado, incapaz de moverme y temía por la vida de mi cerdito. El ser de nacionalidad desconocida (no sabría decir con seguridad si era marciano, porque Marte me parece que está demasiado vacío en las fotos del robot ese, pero nunca se sabe) encendió el mechero y éste empezó a emitir ondas de energía que recorrían a Harry desde su alargada trompa hasta su rabo negro. Hay que ver qué sorpresa y alegría me llevé cuando descubrí que sus astas empezaron a soltarse y su hocico recobraba su tamaño original. Eso sí, el negro de su piel no pasó a ser azul otra vez, sino que se convirtió en un verde parecido al de los extraños seres, como una especie de tributo a sus salvadores, que apagaron el mechero y volvieron a su OVNI. Poco después despegaron y corrí a abrazar a mi cerdito, agradeciendo la ayuda de este desconocido equipo de primeros auxilios.

Queridos lectores, espero no haberos dejado totalmente patidifusos ante este cuento un poco surrealista. Igual debería hacer como Janosch, que escribe al final de todos sus relatos: Quien ha leído esto, ya no debe tenerle miedo a nada. Me justifico diciendo que era una redacción para el instituto, lo que en realidad ya justifica todo, pero es que encima era obligatorio que contuviera las palabras subrayadas. Así que escribí esta historia para aprovechar la ocasión y escribir un cuento eso, surrealista. Más tarde, cuando la profesora de Plástica anunció que teníamos que hacer una lámina con estampados en positivo y negativo, se me ocurrió hacer siluetas de animales "mezclados". Pero el clímax del proceso de creación de Harry son las ilustraciones que veis aquí de Harry en todos sus... ¿estados?


Y como le estoy cogiendo el gusto a esto de dedicar los post, pues hoy va, cómo no, para mis profes de Lengua y de Plástica, Ana y Paulina.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me identifico totalmente con tus historias de animales cruzados, ya que yo mismo,desde la primera vez que subí a la montaña, supe que era un plantígrado encerrado en un cuerpo de hombre ( un Hombroso, o un Osombre).Cuando veo un árbol, he de frotarme la espalda contra su corteza. Cuando veo un prado, siento unas irrefrenables ansias de dar volteretas, y cuando olisqueo la miel, soy capaz de trepar, escalar, o luchar contra cualquier obstáculo, con tal de conseguirla. Soy goloso, glotón,y amante de espacios abiertos. Me gusta jugar a mover piedras enormes, el agua helada, y perseguir mariposas por las campas; y de vez en cuando,comer bayas rojas de las que te hacen ver doble. Me agrada la compañía de mis hermanos,sobre todo para pelearme con ellos en broma, aunque tampoco le hago ascos a las largas caminatas a solas, en las que puedo concentrarme en el sonido de mis pensamientos. Cuando decido dormir, puedo hacerlo durante meses, y si alguien me despierta, puedo gruñir tan fuerte que hago temblar las copas de los abetos.
Espero que mi perfil sea de tu agrado y que me dejes entrar a tu blog de vez en cuando para ir contando cosas de mi vida osohumana.Tu hábitat resulta muy interesante ,y al parecer, vives rodeada de especímenes ciertamente curiosos.Cuéntanos más cosas y recibe de momento unos cariñosos zarpazos con las uñas retraídas.
Besos, Lea. Sigue así, campeona.
Supongo que ya sabes quién soy.

julia dijo...

HOLA ME GUSTARON MUCHO TUS DIBUJOS
YO CREO QUE DIBUJAS MUY BIEN

SI TENES TIEMPO PASA: http://das-herz.blogspot.com/

CHAU JULIA