17/1/09

Otra continuación

Una de las cosas que me gustan de Wikipedia, es que es un organismo cambiante. Puedes mirar el mismo artículo una vez al mes, porque siempre hay un entendido de la materia que aporta algo interesante. Esto es lo que me ha pasado con el Siete, que desde el post que subí se han añadido muchas cosas nuevas. ¡Así que casi puedo empezar de nuevo! No lo haré, no lo haré...

Había escrito una definición muy por encima del Siete, sobre las Siete Estrellas Peregrinas que estudiaban los astrónomos babilonios, sobre los siete sentidos, sobre las siete esferas celestes, en las que se creyó hasta Copérnico, y sobre el ciclo lunar, un gran múltiplo del siete. Ahora tocaría el Siete en la Biblia, pero queda mucho por añadir...

En la simbología numérica cristiana, el siete es la suma de todo lo que existe, porque es también la suma de 3, que representa a la Santísima Trinidad y por lo tanto a lo divino, y de 4, que es el número de los elementos fuego, tierra, aire y agua y de las cosas materiales.

El siete aparece frecuentemente en la Psicología y el estudio del comportamiento de las personas, pero no soy capaz de entenderlo exactamente ni resumirlo de forma mínimamente comprensible, así que ¡siguiente!

Aunque hasta ahora hemos hablado de los babilonios como los primeros que usaron el Siete como símbolo místico, pero hay que concretar que éstos probablemente lo cogieron de culturas mesopotámicas como los sumerios, que creían en la existencia de siete Demonios.


A partir de los siete planetas, que los babilonios consideraban manifestaciones divinas, construyeron una visión del mundo alrededor de este número. Había siete ríos, siete colores, siete metales... También existían siete cielos y siete torres cósmicas con siete escalones cada una. Además, el legendario rey Gilgamesh tenía siete rizos y el árbol de la vida, siete ramas. De camino al mundo de los muertos había que cruzar siete puertas y el ciclo del río que cruzaba el país tenía ciclos de siete días. En el calendario babilónico, los días 7, 14, 21, 28 y 19 (30+19=49) eran de mala suerte y el rey debía hacer un sacrificio. Más tarde, alrededor del 1800 a. C. el rey Sagrob sustituyó la semana de cinco días por la de siete.

En Persia, Egipto e India el siete tuvo igualmente un papel importante. En India, tras siete generaciones se cambiaba la casta y posición social de una familia hacia arriba o abajo según sus méritos.

Y hablando de Egipto, supongo que todos habréis oído de los siete años de vacas flacas y los siete años de vacas gordas. Surfeando en internet me he topado con una página alemana que explica detalladamente el porqué de esas plagas, que están relacionadas con las crecidas y bajadas del Nilo, que se producían en intervalos de dos, cuatro y también siete años. Estos se deben en parte al Fenómeno del Niño en el Pacífico y a variaciones climáticas en el Atlaántico Norte. El Nilo tiene también ciclos de doce, diecinueve, 64 y 256, que los especialistas atribuyen a influencias de los astros.

No hay comentarios: