22/1/09

La última lámina

Ésta es la última lámina que he hecho para plástica. Sólo por el tiempo que he tardado en hacerla (todo un fin de semana, para desesperación de mis padres) merece un post aparte. Me he inspirado en el libro que le ha regalado a Juanjo Papá Noel, el "Diccionario Ilustrado de los Monstruos", de Massimo Izzi, inadecuado para leerlo antes de dormir, pero por lo demás me encanta. Para que lo disfrutéis vosotros también, escribiré la definición de cada monstruo.

Amphisbaena - (Europa). Serpiente fabulosa de dos cabezas, citada por muchos autores antiguos y medievales. Las dos cabezas se encuentran situadas en los dos extremos del cuerpo, y hacen que el animal sea capaz de moverse con igual facilidad en las dos dicecciones opuestas [N de la Transcriptora: ¡Como el metro!]. Además, los ojos de la Amphisbaena -que evidentemente son cuatro- son luminosos como luciérnagas, por lo que pueden alumbrar el camino del animal durante la noche. Según la apócrifa Epístola del Preste Juan, también tenía cuernos retorcidos de carnero [...].
Según Plinio el Viejo, las dos cabezas del animal eran necesarias para dar salida a la sobreabundante cantidad de veneno que generaba esta serpiente [...].

Escilia - (Grecia). Hija de Forcis y Hécate, o de Forbas y Hécate, o de Tifón y Equidna, o incluso de Lamia, Escilia era una doncella de gran belleza convertida en un monstruo horrible y peligroso por los celos de una diosa (Circe o Anfitrite). según una versión, Glauco se había enamorado de la doncella y había rechazado el amor de Circe, que en consecuencia había transformado a su rival en un monstruo de busto femenino, pero con seis cabezas de perro que salían de la cintura; según otra versión, en cambio, era Poseidón quien se había enamorado de Escilia, y entonces Anfititre, celosa, había rogado a Circe que transformase a la doncella en monstruo. Una tercera versión narra que Escilia, enamorada de Glauco, había rechazado las proposiciones amorosas de Poseidón, que la había castigado con la horrorosa metamorfosis. En Homero, Escilia tiene doce pies, y seis bocas sobre largos cuellos, que ladran incesantemente. En la iconografía posterior, se humaniza parcialmente, recuperando la parte superior de doncella seductora, cuyo cuerpo termina sin embargo, en cola de pez o de delfín, y de cuyos hombros salen cabezas de perro. Otras veces también se añaden a su imagen unas alas, ora de pájaro, ora de murciélago. [...]

Hipalectryon - (Grecia). Es el más conocido de los varios híbridos compuestos a partir del gallo [...] que gozaron de paricular auge en la Grecia del siglo VI a. C. El Hipalectryon tenía la cabeza y la parte delantera del cuerpo de caballo, y la parte trasera [...] de gallo. A veces lo vemos montado por un jinete, a veces solo. Según Richer, este monstruo misterioso, desaparecido posteriormente por completo de la historia del simbolismo griego, tenía un preciso significado astrológico: el caballo, animal unido al agua, y el gallo, pájaro solar, representaba según él el eje de los signos opuestos Acuario-Leo.

Parandrus - (Europa). Según los Bestiarios se trata de un monstruo de Etiopía, grande como un buey, pero con la cabeza y los cuernos de ciervo y el pelaje de un oso. Se dice que el color de este animal, en caso de peligro, puede asimilarse al de su entorno, tal como hacen los camaleones . De esta extraña cualidad habla ya Eliano, según el cual el cual el Parandrus, cuando está asustado, "refleja el color de todos los árboles , las matas, las flores o los lugares en los que se encuentra; por ese motivo se captura muy raramente".


Grifo - [...] El grifo [...] está compuesto por los dos animales que más que cualquier otro son representativos del poder y de la nobleza: el león y el águila, respectivamente los que más connotaciones tienen de todos los animales de tierra y aire. La forma varía con el tiempo y en el espacio, pero sigue siendo siempre fácilmente reconocible: el cuerpo es siempre el del poderoso león, aunque provisto de grandes alas; la cabeza es generalmente de de águila (o de buitre), y sólo esporádicamente, por lo general en Mesopotamia, también es de león; las cuatro patas presentan todas las variantes posibles: son todas de águila, todas de león, o bien dos de la una y dos del otro.
La elegancia de la forma y la nobleza de los dos constituyentes del grifo hacían de él un emblema extraordinariamente significativo de la realeza y explican el larguísimo uso hecho de él en el campo de la heráldica. Pero además de eso, el hecho de estar compuesto de los exponentes más representativos de los habitantes del cielo y de la tierra se prestaban muy bien a hacer de alegoría de la doble naturaleza de Cristo, divina y humana, y eso explica la popularidad de este tema en el simbolismo cristiano. [...¡cuatro páginas!...]

Alkyon - (Grecia). Es un pájaro semifabuloso. De hecho, a partir de las descripciones que de él nos dan los autores antiguos, empezando por el perspicaz Aristóteles, es fácil identificar en él [...] al martín pescador. [...] el alción [...] construye un nido flotante sobre el agua, con un misterioso material, poroso como una esponja, pero rígido. Sobre esta curiosa balsa incuba sus huevos. Esta delicada operación se ve facilitada por el hecho de que, durante la construcción del nido, que se produce durante los siete días antes del solsticio de invierno, y durante todo el periodo de la incubación y la alimentación de los polluelos, es decir durante los siete días siguientes, el mar, por benevolencia divina, permanece liso como una balsa de aceite. Estos quince días los conocen los marineros como los "días del Alción", y se repiten metódicamente cada año.
En la mitología griega, Alkyon era una doncella, hija de Eolo, rey de Tesalia, que había tomado por esposo a Ceyx. El matrimonio era tan feliz que ambos no dudaban en equipararse a Zeus y a hera. Los dioses, irritados por este parangón blasfemo, los transformaron en pájaros. Puesto que construían su nido a la orilla del mar, que continuamente se lo destruía, Zeus se compadeció y, olvidando una parte de la ofensa, ordenó a los elementos que se aplacasen durante los siete días anteriores y los siete días posteriores al período de incubación de Alkyon, que era el solsticio de invierno.


Para rellenar los espacios [...] y saber más cosas sobre más monstuos, consultar el libro "Diccionario Ilustrado de los Monstuos", de Massimo Izzi, editorial Alejandría.

1 comentario:

pelenbal dijo...

Noooooooooo, lea, la verdad, me dejaste con la boca abierta, tus dibujos y pinturas son alucinantes (me refiero a todo lo considerado con el arte que hay en este blog), me encantaron los Jing- Janes o como se diga, bueno queria pedirte perdon por no responderte en el mail ni en el blog pero como veras: "pelenbal return".
saludetes