6/8/09

bloque I - el campus


Al principio, los 20 días que iba a estar en Seattle de campamento me parecían una eternidad, pero luego se me pasaron volando. Ya me lo avisaba Juanjo con su "todo es nada, Lea". El campamento tuvo lugar en el campus de la Universidad de Washington, y quizá esa sea la parte que más echo de menos, porque en 20 días te acostumbras a levantarte con unos gritos de "¡Venga, señoritas!", a que lo primero que ves es tu compañera de habitación, que tiene la misma cara de sueño que tú, a arreglarte mínimamente en un baño abarrotado de chicas y a que una diga lo que piensan todas: "¡Qué pelos!"//"¡Vaya careto!" antes de irnos a desayunar al McMahon, alias Macmajón.


Te acostumbras a llevar siempre la tarjeta colgada del cuello (porque sin ella estás perdida), a comer todos los días pizza, a ir a clases de inglés con Marisol y al taller de historias digitales con Jennifer, a pelearte por el ordenador, a jugar a las cartas, a caminar de puntillas por los pasillos por las noches, a ver por las mañanas la gente que va a la universidad en bici, en patinete, andando, leyendo un libro, comiendo fast food, a cambiar del inglés al español cada 5 minutos...

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