7/7/09

Cuarto Post del Teatrillo - Escena III

Escena III


Lola, Cova, Nilo y Toni están comiendo alrededor de una mesa.

Nilo:

Chicas, os habéis ganado un bono de peluquería.

Lola:

Ya no sé lo que prefiero, si un bono de peluquería o un bono para comer aquí. ¿No puedo venir mañana también?

Toni:

Por supuesto. Si nosotros encontramos otro nido de cucarachas, también os llamaremos. Sois las mejores exterminadoras de todo Madrid.

Cova:

Aunque tú, Lola, menuda gracia. ¡Lo único que has hecho es traernos coca colas!

Lola:

El apoyo logístico también es importante. Además es por mis uñas. Están recién pintadas, hubiera sido un desastre.

Nilo:

Claro Cova, comprende a la pobre mujer.

Cova:

¡No la defendáis encima!

Lola:

Mejor sed simpáticos conmigo porque se me acaba de ocurrir una idea genial.

Cova:

¿Cuál?

Lola:

¡Para derrotar al portero!

Nilo:

Pero Lola, si es tu padre.

Lola:

¿Qué más da? Tampoco es cuestión de matarle. Con tal de que ya no sea el portero vale. Lleva más de diez años tiranizando a los inquilinos de este edificio, incluso a mí. Si pierde el trono, igual se le bajan un poco los humos y todos contentos. Claro que hay que buscar a un sustituto que no sea peor que él…

Cova:

Tiene que ser alguien del edificio, para que le conozcamos bien.

Lola:

Tenemos a Luismi, que vive encima de nosotros…

Cova:

Descartado. Es un maldito maltratador de animales que pega a su gato.

Lola:

Vale. Después está Reme, la del quinto, jajaja…

Cova:

Pfff… ¡Descartada!

Nilo:

¿Por qué? Una portera que se llama Remedios puede ser útil, ¿no?

Lola:

No la conoces, sino no dirías eso. El único remedio que pondría es convertir vuestra futura peluquería en un salón de café para viejas cotillas. Al final se enteraría de lo mío con Ramón, el mecánico, se lo contaría a mi padre y éste me armaría un pollo monumental.

Cova:

Es verdad. Y a los chicos os obligaría a prestarle favores sexuales. Es una ligona impresionante.

Toni:

Vale, vale, nos habéis convencido.


Se oye tocar a la puerta, fuera está Reme.

Lola:

¿Cuánto nos apostamos a que es ella en persona? Sabiendo cómo es, seguro que no podía esperar a conoceros.

Nilo:

(Yendo hacia la puerta y abriendo) Entonces espero salir vivo de ésta…

Reme:

Hola mulato, buenas tardes.

Nilo:

Bue…

Reme:

¿No me vas a dejar entrar? Tranquilo, que no muerdo a chicos tan guapos como tú, ya me gustaría.

Nilo:

Pasa, pasa.

Reme:

Me llamo María de los Remedios, pero tú me puedes llamar Reme, encanto.

Nilo:

Yo soy Nilo. ¿Necesitas algo?

Reme:

Pero bueno, yo no necesito un motivo para visitar a mi nuevo vecino. Pero lo tengo, lo tengo. Es que justo esta tarde, que tenía un antojo de leche, me he dado cuenta que se me había acabado. Así que he pensado que igual tú tenías un poco…

Nilo:

Ehm, sí, claro. Ahora te la traigo.

Reme:

¡Qué cielo eres! Espera, que te acompaño. ¿Estás seguro de que tienes suficiente? No te quiero quitar nada…

Nilo:

No, tranquila, tenemos de sobra. Toma.

Reme:

Muchísimas gracias. Si necesitas algo, lo que sea, me llamas. O si prefieres puedes subir directamente, no importa. ¡Para eso están los vecinos!

Nilo:

I… Igualmente.

Nilo cierra la puerta y los demás explotan en risas.

Cova:

¿Habéis visto eso? Casi se lo come.

Toni:

Vaya, tengo concurrencia aquí.

Nilo:

Dejad de reíros, ¡casi me da algo cuando me empezó a llamar mulato!

Lola:

Jajaja. Pues a mí me gustó más lo de “encanto”.

Nilo:

En serio, vamos a centrarnos.

Lola:

De acuerdo, de acuerdo. ¿Por dónde íbamos?

Cova:

Por Reme… Habíamos quedado en que está descartada.

Lola:

Jijiji, vale, gracias. Sólo queda la familia Wang, pero todavía no saben bien español, acaban de llegar.

Toni:

¡Qué narices! Pues que sea alguno de nosotros, al fin y al cabo vivimos también aquí.

Lola:

Conmigo no contéis. ¿Os imagináis la situación?: “Hola papá, dame las llaves que a partir de hoy YO soy la portera.” No gracias.

Nilo:

¡Pues que sea Cova!

Lola:

¿Qué? Ni en broma, Nilo. No me dejaría matar a las arañas asquerosas y tendría que saludar a sus plantitas cada vez que vuelvo a casa.

Cova:

Además, prohibiría el rosa fucsia, al menos en las uñas. En serio, últimamente estoy muy ocupada: Estoy intentando poner en marcha una asociación de estudiantes en la universidad, los exámenes…

Lola:

¿Y alguno de vosotros? Nilo no, que yo quiero mi peluquero, ¿pero tú, Toni?

Toni:

De momento estoy disponible.

Lola:

Pues ya está, no nos compliquemos la vida. Además, con la cara que tienes de no haber roto un plato en tu vida…

Nilo:

Ay Lola, si tú supieras…

Toni:

Dejemos eso. ¿Cuál es entonces el plan?

Lola:






Bueno, es tan simple que ni siquiera puede llamarse “plan”. Se trata de llamar a Avelino, el dueño de la casa, para que eche un vistazo a la ruina general. Es simpático, y enseguida se dará cuenta de que hay que cambiar algo. Antes, nosotros podríamos preguntar a los vecinos y hacer una especie de informe sobre todos los derrumbes y desastres que ha habido en los últimos años para dárselo. Y como toque final, le presentamos a Toni, un chico majo, responsable y superguay de la muerte que se puede ocupar de todos los problemas.



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