8/7/09

Quinto Post del Teatrillo - Escena IV y V



Escena IV


Aparecen Lola y Cova, tocan a la puerta de Reme, que les abre.

Lola:

Hola Reme, ¿qué tal estás?

Reme:

Hola chicas. Oh, ¿no ha venido con vosotros mi mulato?

Cova:

Jajaja, no, lo siento, Reme. Ha ido a visitar a su abuela en Cuba, que cumple cien años. Pero en diez días vuelve.

Lola:

Porque le necesitamos para nuestra causa… Te lo voy a explicar todo: Es que ya estamos hartos de Ubaldo, que es un auténtico tirano. Se nos cae la casa encima y no hace nada. Por eso hemos decidido tomar medidas. Ayer llamamos a Avel y quedamos en que vendría el mismo día que Nilo. Mientras él arma algún tipo de escándalo para distraer a Ubaldo, nosotros guiaremos a Avel por el edificio, se dará cuenta de la ruina. Después le presentaremos a Toni, que va a ser nuestro candidato a portero. ¿Te parece bien?

Reme:

Bueno, bueno, ya era hora de que se hiciera algo. Con perdón cariño, pero tu padre es uno de los pocos hombres a los que nunca invitaría a un café. Pero, ¿qué tiene que ver conmigo?

Cova:

A eso vamos. Dos favores te queríamos pedir. Uno: que nos dejes enseñarle a Avel tu piso, para que vea lo que estamos aguantando, y dos: que nos cuentes algunas anécdotas desagradables que hayan ocurrido aquí. Haremos un informe y se lo daremos al jefe.

Reme:

Uy, por mí perfecto. Con lo que me gusta a mí contar cosas, y con la de cosas que han pasado aquí... ¿Entráis y os lo cuento con un café y unas pastas que he traído del pueblo? Malísimas para mi tipo, claro, pero irresistibles.

Cova y Lola:

¡Genial! (Entran)


Escena V


Aparecen Avelino, Lola y Cova.

Lola:

Bienvenido Avel. Te agradecemos mucho que te hayas tomado la molestia de venir.

Avel:

Como veo, iba haciendo falta. Parece que he descuidado esto demasiado.

Lola:

Bueno, si te parece subimos y te enseño un poco más de los pisos. Cuidado, no te apoyes en la barandilla, que se cae.

Avel:

Ehm, vale, vale.

Se abre la puerta cerca de la cual están pasando y sale Ubaldo.

Ubal.:

¿Lola? ¿Con quién estás?

Avel:

Hola Ubaldo, encantado de volver a verte.

Ubal.:

A... A... Avel... Jejeje, ¡qué sorpresa más agradable! Pero no te quedes en la puerta, pasa, pasa, que tomamos un café y te cuento que tal todo por aquí.

Avel:

No, tranquilo, si no me voy a quedar en la puerta. Tu hija me va a enseñar un poco cómo está la casa, algo que tú nunca has hecho, y después si quieres hablamos.

Ubal.:

(Refunfuñando en bajo) ¡Maldita Lola! (A Avelino) Pero bueno, con el tiempo que llevamos sin vernos, y me dices eso. Además, tengo muy buenas noticias: escucha...

De repente aparece Nilo, que sube corriendo las escaleras)

Nilo:

¡Socorro! ¡¡Socorro!! Que alguien me ayude, por favor. Se nos ha caído el baño del vecino encima, y le ha dado a Toni. Oh, dios mío, que alguien me ayude.

Ubal.:

(Para sí mismo) Mierda, justo ahora tiene que pasar esto. Tengo que ocultarlo. (Gritando) Ya voy Nilo, baja que ahora te sigo. Si al final seguro que no es nada. Avel, ponte cómodo, estás en tu casa. (Baja corriendo detrás de Nilo).

Reme:

(Asomándose) ¿Pero qué pasa aquí? Ay dios, voy a ver si puedo ayudar. (Mirando a Lola). Espero que no le haya pasado nada a nuestro futuro... Jejeje, ya sabes. Me voy a armar un poco más de follón. (Baja también)

Cova:

Venga Avel, aprovechemos la distracción.

Avel:

Jo, creo que os voy a contratar de organizadoras, qué talento.



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